domingo, 16 de enero de 2011

Magallanes: El Poder de la Asamblea Ciudadana. Por Héctor Vega*

Mientras el resto de Chile inicia su siesta de verano, el pueblo de Magallanes nos recuerda que la representación del pueblo, en ausencia de autoridades, [o vacío de poder], está presente en la Asamblea de la Ciudadanía. Es ahí donde hoy se discute el alza del gas y es la instancia frente a la cual deberán explicarse las autoridades. El poder actual de las autoridades emana de textos obsoletos -la práctica así lo demuestra- en cambio su legitimidad emana de una elección que por la fuerza de los hechos ahora no es sino parte de la historia y del recuerdo.


El cálculo del precio del gas en Magallanes es sin duda un problema económico, pero los parámetros que determinan los costos [fijos, variables y operacionales] son sociales y políticos. El olvido de estos fundamentos de la economía ha llevado a ignorar el rol que juegan los actores y la percepción de los mercados. 

En entrevista reciente [15/01] el ahora biministro de minería y energía Laurence Golborne señala que el “rol de las empresas del Estado no es desarrollar políticas públicas o sociales, pues complica su gestión”. Golborne ignora en su aseveración que el deber del Estado en el área de las empresas públicas es arbitrar roles y resultados, perecuación expresada en la microeconomía de la empresa, que en cuanto tal no varía en sus exigencias de eficiencia y gestión. Lo que el Estado exige al ministro es arbitrar la macro gestión del Estado y los resultados de una de las empresas del área, en este caso de la minería y la energía.

En lo político, los viejos textos de organización y funcionamiento del Estado son fruto de quienes en una época se arrogaron mediante el golpe el derecho a ejercer el poder. Grupo al cual se sumó una concertación de partidos que dijo representar la democracia. En 20 años de poder creyeron legitimar, con su presencia, los textos de Pinochet, y a la derecha, esta vez con una careta democrática. Se repartieron el poder, llegaron a acuerdos espurios pues eso es así cuando el pueblo queda al margen de los acuerdos.

Ambos, Concertación y Alianza continúan en este ejercicio, -el actual sistema de elecciones mediante-, dentro de un sistema reconocido como uno de los más antidemocráticos del mundo.

Aquellos que se acostumbraron a gobernar sin el pueblo, con desprecio absoluto de lo que piensa, [a lo más mediante un conservantismo compasivo como lo demostró el gobierno Bachelet respetuoso de la institucionalidad heredada de la dictadura, binominalismo entre muchos otras instituciones] se preguntan indignados y con asombro ¿a quién representa la Asamblea Ciudadana? No ven, o no quieren ver que en el estado de necesidad en que se encuentra la población de Magallanes, ésta levanta un nuevo poder ante el cual llaman a responder al gobierno. Pero, las autoridades han desaparecido, empantanadas en la cifra del reajuste –de un 16,8% de alza en el precio del gas se ofrece a la fecha del 15 de enero un 3%, esto es según la inflación de 2010–, cifra propia de un cálculo micro económico, olvidaron discutir con la sociedad magallánica las formidables presiones que significa vivir 10 meses del año en condiciones extremas [ver artículo en página de Inicio] y que lógicamente tienen una estricta correlación en el costo y nivel de vida de los pobladores, donde el gas aparece como un parámetro fundamental de existencia.

El pueblo de Magallanes y su Asamblea Ciudadana han señalado, a lo largo y ancho del país y a todos aquellos que aún viven en el engaño de un Estado que se acomoda a reglas del mercado fijadas por los grupos económicos, que las autoridades sólo responden cuando las protestas llegan a la calle. Las mismas que hoy llenan las calles de Punta Arenas.

Algunos, en la búsqueda de una explicación, hablan de la incompetencia, de los atropellos, del ninguneo, de la desfachatez de las actuales autoridades. Se equivocan, los vicios que denuncian constituyen otras tantas causas que forman parte del sistema de gobierno en el cual creen y practican.

Es el saldo de la historia reciente, de aquellos que gobernaron durante 20 años apaleando a estudiantes, trabajadores, mapuches y dueñas de casa en nombre de la democracia. Son los mismos que apalearon a los estudiantes en 2001 ['el mochilazo'], los mismos que miraron al costado con las demandas de los pingüinos [2006] pero que finalmente, frente a la presión de la ciudadanía tuvieron que conceder que un grave problema sacudía la educación en Chile. 

La crisis institucional es evidente. El diagnóstico de la Asamblea Ciudadana es correcto cuando lo señala. Por eso, la ciudadanía ya no sólo desconfía de los partidos políticos, ahora abre cauces como la Asamblea Ciudadana. Ya no son los plebiscitos comunales que, pese a reunir firmas contra la privatización del agua en Concepción o las firmas reunidas contra la privatización del cobre y otras demandas a lo largo de Chile, eran rápidamente ninguneados por el gobierno; ahora se inicia la larga marcha por crear instituciones de reemplazo a lo que no funciona.

De manera clara y desembozada Piñera se ha sacado la careta y aplica, en nombre del mercado y de la ley, el garrote en el cual siempre ha creído. A nadie engaña. No es cuestión de cambiar autoridades según el ranking de popularidad. Digámoslo de una vez. El ministro Golborne, ingeniero civil industrial de la UC, asociado a compañías y sociedades del sector privado, viene de los negocios y antes de conversar deberá recibir las instrucciones de aquellos en quienes cree y según el mandato que estos le otorguen. Es más, participó en la reunión del directorio de Enap del 28 de diciembre pasado donde se fijó el alza del precio en Magallanes. Se agrega a ello un informe de noviembre del año pasado cuando conjuntamente con el ahora ex ministro de energía, Ricardo Raineri, justificaron la medida. 

Al margen de los juegos y jugarretas que se preparan, el pueblo de Magallanes ya lo ha señalado a las autoridades civiles, eclesiásticas y militares que la voz del pueblo no necesita de voceros, cuando de lo que se trata es de restablecer la justicia…y ésta no tiene muchas formas de presentarse.

Cuando la Asamblea Ciudadana se hace presente, el grupo en el poder debe entender que nadie, puede ejercer el poder político sin saber que de la misma manera que el pueblo se expresa para otorgarlo, también lo ejerce para retirarlo. Es la esencia de la democracia. Esta es una de las tantas declaraciones solemnes que incorporan las constituciones democráticas. Es lo que los juristas llaman el referéndum revocatorio y que hoy, de la mano del paro en Magallanes, es parte del acerbo político del pueblo. Ya están notificados los ocupantes transitorios de La Moneda que hoy se enfrentan al juicio del pueblo.

* 
Director de Fortin Mapocho.com y Secretario General del Movimiento de Saneamiento Político y Social [MSPS].



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